¿Bienestar o estar bien?

Mar 2 / José Briceño
“Estar bien” es una expresión que suele hacer referencia a un estado emocional agradable, derivado de la valoración positiva de un momento concreto. También hay veces que utilizamos esta expresión para reflejar la ausencia de malestar, es decir, si no estoy mal, entiendo que estoy bien, aunque en realidad no haya profundizado mucho en lo que hay detrás de esos estados.

¿A qué nos referimos realmente cuando decimos “estoy bien” o “estoy mal”?
¿Crees que significan lo mismo esas palabras para todas las personas?

Descubre tu curso personalizado y consigue tu instrumento de regalo

En el día a día experimentamos distintos estados emocionales, como consecuencia de lo que sucede en nuestro interior, al interpretar el entorno e interactuar con él.

Sin embargo, en función de nuestra línea de base de bienestar, esos vaivenes y altibajos serán menores; las subidas y bajadas serán menos bruscas y nuestra sensación interior de mayor estabilidad, paz y armonía.

Cuanto más grande y mullido sea este colchón emocional, sufriremos menos el impacto de una caída y será más fácil volver a subir cuando queramos.Hoy en día, la palabra “bienestar” se utiliza mucho, a veces asociada con algo físico, otras con la alimentación, el ejercicio o la relajación…

Y todas son visiones correctas, pero incompletas, ya que el bienestar tiene un componente psicológico y emocional muy importante, que es necesario cuidar y mantener.

¿Qué significa para ti el bienestar?

Cuando hablamos de bienestar emocional, nos referimos fundamentalmente a un estado duradero que trasciende el momento; un estado profundo del ser, que conecta cada instante con una visión más amplia de la vida, relacionada con la experiencia personal y no tanto con la circunstancia. 

Para muchas personas, la felicidad o el bienestar subjetivo está asociado con los placeres, el disfrute, la alegría y, en general, con diferentes emociones positivas intensas. Sin embargo, la psicología y la filosofía han identificado dos caminos complementarios que nos aportan bienestar: el hedonismo y la eudaimonia.

La ruta hedonista está relacionada con la búsqueda del placer y la evitación del dolor. Es la visión más extendida de felicidad y bienestar, centrada en el aquí y en el ahora. En el corto plazo, el instante. Este camino se enfoca en producir el mayor número posible de emociones agradables y evitar el mayor número posible de emociones desagradables. Aquí lo que buscamos es “estar bien”.

Por otro lado, la ruta eudaimónica está relacionada con el propósito y el significado. Es un bienestar de fondo, que mira a largo plazo y se enfoca hacia el futuro. Esta segunda ruta, propuesta ya por Aristóteles, es un camino más tranquilo y sosegado, pero más sólido y permanente. El bienestar que genera la ruta eudaimónica va creando una base más estable y menos dependiente de factores externos. Aquí lo que buscamos es una dimensión más profunda que da sentido y coherencia a nuestra experiencia diaria, una estructura sólida y flexible que nos guía y sostiene.

El equilibrio entre las dos rutas es la clave para construir un bienestar auténtico y vivo. La toma de conciencia de lo que podemos hacer para crear bienestar en nuestra vida es el primer paso para saber hacia dónde enfocar nuestra atención y energía.
José Briceño es Psicólogo y musicoterapeuta, especializado en gestión emocional y crecimiento personal.
Si quieres empezar a notar los beneficios de aprender a tocar un instrumento, haz click aquí y empieza gratis.